Como se usa la brújula
Ya que estábamos hablando de la brújula, podemos tratar de explicar algunas funciones para lo que se la usa, que no solo es para apuntar al norte.
Hoy dos conceptos importantes para comprender el uso y funcionamiento de una brújula. Declinación e inclinación. A menudo el norte magnético (el que apunta la brújula) no coincide con el norte geográfico (el que marcamos en el mapa). El ángulo entre ambos puntos se denomina declinación [1], que varía temporal como espacialmente, de un lugar a otro. Algunos modelos de brújulas permiten corregir la declinación en otros más sencillos hay que calcularla para cada lectura.
Para el ajuste de la declinación [2], el tornillo de corrección se encuentra en la parte posterior del limbo. El limbo o esfera graduada es el círculo donde gira la aguja de la brújula. Girando este tornillo puede ajustarse el norte magnético para compensar los cambios de la declinación, con respecto a la escala marcada en el limbo y al norte verdadero (geográfico).
Cuando se utiliza sobre el terreno [3], si la declinación es diferente de cero, la aguja, en vez de alinearse entre las dos marcas norte del limbo, debe alinearse según la declinación correspondiente de la escala de declinación fija.
La intensidad vertical del campo magnético de la tierra [4], llamada inclinación, tampoco es la misma en todos los puntos, lo que puede influir en la posición horizontal de la aguja.
El ángulo de dirección es el que da la diferencia entre el norte geográfico y la dirección de marcha, que se puede leer en la escala del limbo [5].
Para orientar el mapa [6], primero se debe ajustar el ángulo de dirección N=0°. Luego se coloca la brújula en dirección norte a lo largo de las líneas N-S del mapa. En caso que no los tenga es conveniente trazarlas cada 3 o 4 cm. Luego se gira el mapa con la brújula hasta que la punta N de la aguja quede entre las marcas norte.
Para determinar la dirección de marcha en el mapa [7], primero se debe colocar la brújula sobre el mapa con uno de los bordes laterales sobre la línea que una la posición actual A y el punto de destino B. Luego se gira el limbo hasta que las líneas N-S del limbo sean paralelas con las lineas N-S del mapa. Ahora si tomamos la brújula con la mano y la giramos hasta que la flecha roja de la aguja se coloque entre las marcas Norte, la flecha de dirección nos indica nuestro destino. Para poder seguir el rumbo, es necesario buscar puntos de referencia que podamos ubicar en el mapa, como pueden ser los picos de las montañas.
El clinómetro [8] se utiliza para medir la inclinación. Primero se ajusta el ángulo de dirección E o W (oeste). Se coloca la brújula en forma transversal al sentido de la mirada sobre la linea inclinada y se hace coincidir la línea inclinada con el borde de la brújula. Luego se lee directamente el ángulo de inclinación (siempre y cuando el modelo de la brújula tenga la escala graduada indicada).
Un consejo más para mantener la brújula en buen estado. Hay que saber que los objetos metálicos, imanes y las líneas de alta tensión situados cerca de la brújula pueden alterar su funcionamiento. Los campos magnéticos fuertes pueden llegar a invertir la polaridad de la aguja en determinadas circunstancias. Por eso es bueno controlar regularmente o por lo menos antes de salir, el buen funcionamiento de la misma. Las brújulas que tienen el limbo llenas de agua, pueden eventualmente tener pequeñas burbujas que se forman por cambios en la presión atmosférica, en principio, sin influir en el buen funcionamiento.
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