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Mapa topográfico Champaquí

Para el viaje que hicimos al Cerro Champaquí fuimos a comprar un mapa topográfico al Instituto Geográfico Militar (o Nacional como le dicen ahora) que por $20 te imprimen uno super grande con todas las indicaciones necesarias. Después de marcar la ruta y ver más o menos que onda el camino, les dejamos un extracto del mapa que usamos. 



En el mapa topográfico están marcadas las rutas y algunos refugios, pero para tener una referencia más actualizada nos topamos con este otro mapa que tiene el Club Andino Córdoba donde están algunos nombre. En su momento nos intentamos comunicar con ellos pero nada se supo de la respuesta, así que por lo pronto les compartimos el mapa que ellos tienen:

Mapas Tanti y Cuesta Blanca

Dos mapitas que no dicen mucho pero que te ubican donde estás parado. Dos que nos quedaron rezagados del viaje. El de Tanti que no llegamos y el de cuesta blanca, que lo usamos para saber que el colectivo nos dejaba en el puente.





Dormir sin Bolsa III

Siempre dicen que las segundas partes son malas y que me dicen de las terceras. Como ya les contamos en alguna oportunidad, tenemos el pequeño gran problema de no querer armar las bolsas de dormir a la mañana cuando tenemos que salir temprano, porque es una cosa más para hacer junto con desarmar la carpa y hacer entrar todo de nuevo en la mochila. Por eso se nos sigue cruzando por la cabeza que si dormimos sin la bolsa o usándola de almohada y con algún buso o campera vamos a poder pasar bien la noche y despertarnos al otro día sonrientes con una tarea menos que hacer.
Después de las dos malas experiencias anteriores no cabe duda de que el ser humano es el único ANIMAL!!! capas de tropezar tres veces con la misma piedra. Así es, como si fuera parte de un ritual de cada viaje, intentamos dormir sin la bolsa de dormir una vez más.
Una vez más pasamos la peor noche del viaje (sin contar la intoxicación feroz), pero a diferencia de otras veces esta vez logramos pasar la noche entera y no terminamos abriendo la bolsa a mitad de la noche. Al parecer la experiencia de horas dormidas sin bolsa nos va dando diferentes técnicas para mantener el calor, disimular el sufrimiento e intentar pasar bien la noche.
Una vez más se los digo y repito:
No intenten esto en casa
Es la estupidez más grande del mundo. Duerman bien y tómense el tiempo necesario para doblar la bolsa de dormir a la mañana, después de haber dormido bien toda la noche, para eso existen las bolsas de compresión. No lo vale el tiempo ahorrado. Dejen las estupideces para los estúpidos (algo así decía o dice Forrest-Gump).

Equipo del viaje a El Champaquí '10

Para este viaje como sabíamos que íbamos a tener que subir montaña lo ideal era dejar la mochila más liviana de lo que acostumbramos, ya que no es lo mismo caminar por la ruta o un camino que tener que subir y bajar montañas.

Individual:
Aislante
Gorra / Pañuelo para el sol
Buzo de abrigo
4 remeras manga corta
1 Pantalón largo
1 Pantalón corto
Toalla
1 par de alpargatas
Utensilios para comer (baso, plato, tenedor....)
Anteojos de sol
Linterna
Botella 1,5 litros

Grupal:
olla 4 litros
Comida en exceso
Botiquín
Pinza multiuso

Algunos detalles:
La bolsa de dormir de -10°C para el mes de enero cuando viajamos nosotros fue un poco excesivo, pasaba calor por las noches, tal vez una más chica resulta mucho mejor en cuanto a conformidad de noche, peso y el lugar que ocupa en la mochila.
En cuanto a la comida la verdad que al llevar pocas cosas llenamos lo que nos quedaba de lo mochila con comida y la verdad que terminamos cargando mucha comida por las dudas. Principalmente era por si nos perdíamos poder estar "tranquilos" buscando el camino a casa.
Esta pequeña lista no tiene en cuenta la mayoría de los accesorios que hoy en día mucha gente necesita y/o utiliza, celular por ejemplo y recuerden que el CARGADOR!! también lo tienen que llevar, en cuanto consiguen un enchufe no es mala idea cargarlo un rato. Al igual que las pilas de la cámara van con el cargador si usan recargables.

<< Nos Enseño                                                  Clima>>

Escudo Bordado Champaqui '10

Hicimos un diseño para recordar este viaje y nos basamos un poco (solo un poco), en el logo del blog, pero quedó bastante bien y se puede bordar sin mucha dificultad:

Mapa online del camino a El Champaqui '10

Marcamos el recorrido en el Google Maps y esta vez le agregamos un par de fotos en algunos puntos para tener de referencia:


Ver Champaqui en un mapa ampliado

Video en fotos del viaje a El Champaqui '10

Recopilamos algunas fotos y los videos que hicimos mientras caminábamos para el Champaqui. Si prestan un poco de atención pueden ver como son los caminos y los distintos tipos de paisajes que tiene. Además apenas empieza se ve lo espesa de la neblina que nos tocó. Acá va:




<<Costos                                                                                                                                        

Costos del viaje a El Champaqui '10

Antes de salir, compramos algunas cosas que necesitábamos para el viaje, como bencina, mapa topográfico, una olla y algo de comida cada uno para no tener que estar comprando cuando llegamos.

La lista un poco más detallada queda:

Bencina     $40
Mapa topográfico     $20
Pasajes ida y vuelta a Villa general Belgrano     $352
Comida     $70
Camioneta $100
Tortas fritas     $25
Pasaje VGB a Córdoba     $18
Pasaje Cba a Cuesta Blanca     $8
Comida    $40
Pasaje Cuesta Blanca a Cba     $11
____________________________________________________________
Con un total     $2151

Si lo dividimos por los cuatro que viajamos y sin contar los pasajes desde BsAs que es lo más caro del viaje gastamos $186 cada uno. Estuvimos 8 días de viaje por lo que gastamos algo así como $24 por día en promedio. Eso porque mucha de la comida la llevamos desde casa y lo que compramos allá eran pavadas, helados, galletitas y esas cosas para pasar el rato.
Así que si consiguen alguna forma de llegar hasta Córdoba sin pagar el pasaje en colectivo, después con $200, suben y bajan el Champaquí y después se van para Cuesta Blanca a descansar unos días.


<<Clima                                                           Video en fotos>>

Clima en El Champaqui '10

No estuvimos una cantidad de días increíbles como para dar un referéndum inamovible y últimamente con las sequías y cambios climáticos que se están sufriendo puede varias mucho. Así que simplemente vamos a dar una descripción de los que nos tocó.
Llegamos un 17 de enero a Villa General Belgrano diciéndonos el pronóstico extendido que para el día siguiente se pronosticaban lluvias. Así fue como el día empezó espectacular con calor, no demasiado pero se sentía al sol. Como a las 6 de la tarde aparecieron grandes nubes amenazantes que tiraron algunas gotas. Nos dijeron que hacía unas dos semanas que no veían ni una gota de lluvia y supuestamente es la época húmeda. Pero la lluvia no pasó a mayores, nubló un poco el horizonte y nos hizo sombra.
Al otro día espectacular de nuevo ni una sola nube. Mientras armábamos las mochilas para salir como a las 9 de la mañana se cubrió todo por completo y esta vez llego para quedarse. Llovizna finita y persistente por un buen rato. Como ya nos encontrábamos en buena altura las nubes de la llovizna pasaron a ser neblina para nosotros que no nos dejaba ver más de 5 metros. A nosotros nos lo repitieron mucho y de algo nos sirvió. Así que vamos a hacer lo mismo:
Si hay neblina, tormenta o cualquier tipo de mal clima es conveniente quedarse en el lugar y no moverse. Es mucha la diferencia del camino cuando se hace en un día despejado o con lluvia. Más vale esperar un día que pasar dos o tres perdidos (pudiendo ser más días y peor situación). El clima en estas alturas cambia mucho en pocos minutos para mejor o para peor.
Después del día de lluvia tuvimos un día totalmente despejado sin tanto calor como antes con algunas brisas que corrían lindo. Pero igualmente el sol estaba muy fuerte y a la ida nos pegaba de atrás todo el tiempo. Mucho protector en las piernas y algo para cubrir la cabeza y cuello. De noche había mucho viento, la carpa se movía bastante y las cosas que estaban afuera de la carpa se volaban bastante igual.
En el último tramo para la subida a la cumbre, sol fuerte, sin mucho calor y arriba el viento frío te hace bajar la temperatura que con un rompe viento se soluciona.


<<Equipo                                                    Costos>>

Nos enseño El Champaqui '10

A pesar de ser un viaje corto por medidas de fuerza mayor, nos alcanzaron los días para aprender algunas cosas más:

  • La neblina te puede complicar las cosas.
  • Nos desorientamos, no nos perdemos.
  • Las varillas de la carpa pueden no estar en donde creíste que iban a estar.
  • Conocimos al Señor Cufre y  su mula.
  • El calentador más confiable que tenés puede fallar cuando lo necesitas.
  • Nico te puede abandonar cuando menos lo pensás.
  • Una buena intoxicación te saca las ganas de todo.
  • Comer en Mc Donald's intoxicado "Me Encanta".
  • Tirate de la piedra antes de que se valla la espuma.
  • Al champaqui no se sube en mocasines.
  • Un buen buitre aprovecha las oportunidades.
  • El viento te puede hacer perder más que un par de medias.
  • Caminar + medias mojadas = ampollas².
  • Para pasear por un shopping no es necesario estar bañado y bien vestido.
  • Dormir sin bolsa no vale la pena. 


<<Cuesta Blanca                                                                                 Equipo>>

      Cuesta Blanca

      Después de llamarlo a Chuls un par de veces para despertarlo y coordinar para ver como hacíamos para llegar a Cuesta Blanca. No estábamos lejos, Villa General Belgrano queda relativamente cerca de Cuesta Blanca, pero averiguando un poco en la terminal no conseguíamos nada que valla para allá o para Villa Carlos Paz por lo que nos tuvimos que tomar un colectivo hasta Córdoba capital que nos costó unos $18 cada uno. Mientras tanto Nico planeaba su plan maestro y sin aviso nos abandonaba en pleno viaje, una vez más sufrimos una baja. Tratando de acomodarnos en tres ahora partimos con rumbo a Córdoba capital como a las 9 de la mañana.
      Una vez en Córdoba fuimos lo más rápido posible a buscar alguna empresa que valla para Cuesta Blanca y conseguimos una que justo estaba saliendo, por lo que no esperamos nada, bajamos de un colectivo y subimos a otro por $8. Igual esos colectivos salen a cada rato, como mucho podíamos llegar a esperar media hora.
      Para las 3 de la tarde estábamos en el puente de Cuesta Blanca comiéndonos una buena pizza con Chuls, mientras le contábamos un poco del viaje. Una vez hechos dejamos las mochilas en lo de Chuls y nos fuimos a disfrutar un lindo día de río. Primero a la piedra del Indio a probar un poco de suerte y ver las famosas piedras de donde nos podíamos tirar.

       Después de ver una muestra de prueba por el veterano, Verdu no la dudó y se tiro sin previo aviso antes de que la espuma se disipe cosa de tener marcado el lugar a donde puede caer. Yo la pensé un poco más las medí un rato y termine por tirarme. Josecito fue el más rogado pero tomó coraje y se tiro. Después Verdu no paraba de tirarse, parecía un nene con juguete nuevo, así fue como se pegó un planchazo increíble y no solo eso si no que tiene foto para poder recordar el dolor de la caída.

      A la noche nos comimos unos lindos choripanes, que no fueron tan lindos en verdad. Era la última prueba que necesitábamos para saber y darnos cuenta de que este viaje desde un principio no tuvo buena vibra. Nos intoxicamos, no estamos seguros si fueron los chorizos o algún virus raro que daba vueltas, pero lo que sabemos es que bien no nos hizo para nada. Medio lisiados intentamos seguir conociendo Cuesta Blanca y fuimos para el dique, lo cruzamos y seguimos un poco más allá para la playa de los hippies, pero nos quedamos un poco antes que hay otra piedra un poco más alta que la del indio. Como siempre Chuls dió su demostración de salto. Esta vez no lo pudimos seguir porque la intoxicación nos estaba amenazando continuamente, así que solo nos dedicamos a mirarlo.


      Nos quedamos un día más para ver si la situación mejoraba, pero no nos veíamos con buenos futuros, por lo que a duras penas decidimos tomar la vuelta para Buenos Aires e irnos con medio objetivo completo. Nos quedamos con las ganas de visitar Los Gigantes que nos habían dicho que esta muy bueno. Lo dejaremos para otro momento.
      Un dato más de color, mientras estábamos desarmando la carpa Verdu sufrió una de sus peores pesadillas, se clavó la espina más grande nunca antes vista y estuvo sufriendo un poco más antes de partir. Sin duda Cuesta Blanca no lo quería dejar irse con las manos vacías.

      Así fue como un poco de mala suerte, mala alimentación o quien sabe qué te puede arruinar un viaje o las ganas de seguir. Por lo que volvimos nuevamente a Córdoba capital y sin importarnos mucho fuimos hasta el Patio Olmos. Y paseamos un poco con las mochilas por adentro. La vergüenza estaba a fondo de escala, pero bueno, ya estábamos jugados y así culminamos el viaje medio frustrado, pero contentos y satisfechos con la subida al punto más alto de la Provincia de Córdoba, el Cerro Champaqui.


      <<Vuelta                                                      Nos enseño>>

      Vuelta de El Champaqui '10

      Ya habíamos llegado a donde queríamos y ahora nos tocaba volver. Después de una noche con mucho viento nos despertamos y salimos tipo 8:30hs. Con algo de preocupación para la vuelta. La idea era volver por el mismo camino que llegamos, que supuestamente ya conocíamos, pero el camino está hecho para llegar no tanto para volver porque las fechas están pintadas en un solo sentido y la memoria a veces juega una mala pasada o vez cosas del camino que a la ida no habías visto y empezás a dudar si verdaderamente pasaste por ahí o no. Pero teníamos que volver, con paciencia y cuidado partimos rumbo a Villa Alpina.
      Como decía una de las cosas que no vimos cuando llegamos fue una piedra enorme que tenía escrito "Hacía lo alto -->", supongo que por ese camino se llegaba al refugio El Escalante, pero nosotros teníamos que seguir derecho.

       A los 25 minutos de caminata pasamos por la primera tranquera ( la última de la ida), y unos cuantos metros después nos cruzamos con un señor, un perro y su mula, cuando le fuimos a preguntar si  estábamos en el camino correcto y si faltaba mucho para el puesto Cufre, nos respondió un gracioso "Yo soy Cufre", le volvimos a preguntar por SU puesto y la respuesta fue "Yo soy Cufre", así hasta que nos hicimos entender, nos dijo que no faltaba mucho y seguimos el rumbo que nos marcó con la satisfacción de que habíamos conocido al Señor Cufre, no son cosas que pasan todos los días. Para las 9:30hs estábamos en el puesto de Cufre tirados abajo de una piedra bastante grande que encontramos con un poco de sombra porque el sol nos estaba jugando duro.

      Para las 10:20hs pasamos por los cuatro postes, volviendo por el mismo camino que por el que subimos. Unos 30 minutos después llegamos al deseado Refugio de Moisés López con todo ese pasto, sobra y el río que pasa a los pies, nos quedamos un buen rato descansando y comiendo algunas tortas fritas que nos había preparado Héctor González. A las 12:30hs estábamos nuevamente en el puesto de Ojo de Agua, pero esta vez llegamos por otro camino no por el que subimos, seguramente el por el que volvieron los chicos que se habían perdido caminando en círculos. Abajo de dos pinos colgados que hay en el camino unos metros antes de llegar al puesto Ojo de Agua, nos quedamos a descansar un rato y aprovechamos para llamar a la camioneta que nos iba a venir a buscar para llevarnos de vuelta a Villa General Belgrano. Una vez coordinada la búsqueda seguimos para poder llegar finalmente a Villa Alpina. La bajada por los pinares la sufrimos bastante porque ya los tobillos no daban más por los golpes de estar bajando a los saltos. El último tramo hasta llegar al camping se hizo pesado.
      Era un día bastante caluroso y a diferencia de cuando nos fuimos esta vez había un montón de gente disfrutando del día y bañándose en el río, por lo que no pudimos armar la carpa hasta tarde cuando la gente se fue un poco y despejaron algunos lugares. Mientras tanto aprovechamos para descansar y bañarnos en el río para sacarnos un poco la tierra que teníamos encima.
      A la mañana siguiente tomamos la camioneta y volvimos para Villa General Belgrano a ver como seguiría el viaje. Nosotros ya veníamos despiertos de hace rato por lo que no nos percatamos de que eran las 9 de la mañana y Chuls seguramente no estaba durmiendo y con él teníamos que coordinar para poder llegar a Cuesta Blanca.


      <<Cumbre                                                  Cuesta Blanca>>

      Cumbre del Champaqui '10

      Ahora faltaba el último tramo. La tarde anterior habíamos charlado un rato con dos chicos (los mismos que nos prestaron la cinta de teflón) que habían ya habían subido al Champaqui para preguntarles si valía la pena subir con las mochilas y la carpa o si solo llevamos algo de agua y comida. Cuando estábamos en Villa Alpina un grupo de chicos nos dijo que ellos habían subido con carpa y pasaron la noche en la cumbre. Nosotros teníamos la misma idea pero no sabíamos si valía o no la pena. A último momento terminamos decidiendo de subir tranquilos y disfrutar un poco el viaje, más que nada porque nos dijeron que arriba hay dos lagunas de agua de lluvia que no se ven muy potables y para conseguir agua si no es ahí hay que caminar bastante.
      Así largamos destino a la cumbre a eso de las 9:00hs de la mañana bien tranquilos, el día nos acompañaba y como decía Nico "Es un día Champaqui".

       
      Fuimos para el Río Tabaquillos, bordeándolo en sentido sur no encontrábamos el camino medio porque no le poníamos muchas ganas, medio porque íbamos tranquilos y paveando porque teníamos tiempo. En uno de los intentos por encontrar el camino Josecito fue hasta un refugio que habíamos pasado en el camino a preguntar a ver por donde era que se subía. En ese momento se nos abrieron las puertas del cielo y resulta que un grupo como de 30 personas estabas saliendo para subir al Champaqui, con un guía obviamente y muy amablemente pronunció las palabras que estábamos esperando, "Vengan con nosotros" y como talen buitres nos quedamos merodeando sus pasos para poder subir tranquilos y sin perdernos.
      Ellos eran un grupo misionero de Santa Fe que iban a celebrar una misa en la cumbre del Cerro. Eran un montón por lo que iban bien tranquilos y nos daban tiempo de poder dar algunas vueltas por afuera del camino que iba algo marcado. Así fue como en una de las paradas que hicimos fuimos para un río que baja por las piedras y va erosionando la piedra de tal forma que el río corre con unos pocos centímetros de profundidad y piedra queda bien liza. Cada tanto se forman algunas cascadas y debajo de las cascadas se hacen pozos de agua muy profundos, 2 o 3 metros en algunos casos, espectaculares para meterse un rato a refrescarse.
      El camino cada vez se va haciendo más empinado y como se pueden ver las antenas que están en la punta del Champaqui siempre teníamos la idea de que no faltaba mucho, pero después de caminar un buen rato volvíamos a mirar para arriba y nos nos parecía que hubiéramos avanzado mucho. Subiendo tranquilos atrás del grupo llegamos hasta una cueva enorme, donde cuenta la historia que hace un tiempo unas personas se perdieron en invierno con nieve y los encontramos metidos ahí adentro. La cueva es grande está buena, tiene piedras metidas como si fueran mesas y sillas de un bar, lo único que le faltaba era un poco de música y el barman haciendo unos tragos. Para Nico y Verdu, tenían más pinta de camas y se tiraron a dormir un rato. Algo para remarcar, todas las paredes rayadas con escritos de todo tipo, tratemos de que eso no continúe.
      Seguimos camino y cada vez se complicaba más, el último tramo es todo sobre piedras que al parecer se fueron desmoronando con el tiempo y es muy propicio para un golpe, doblarse un tobillo o algo por el estilo con un resbalón que no cuesta mucho.


       Con el último aliento llegamos, después de dar vueltas por unas 5 horas, a las 14:00hs estábamos disfrutando del paisaje. Aclaro, normalmente se calcula que se hace en 4 horas, nosotros íbamos paveando y siguiendo al grupo que iban tranquilos porque eran muchos y se nos hizo un poco largo, pero disfrutamos del paseo.
      En la cumbre nos encontramos con un montón de gente, después de tanto esfuerzo medio como que estar solo estaría bueno, algo así como que solo los valientes llegan, pero bueno, no es tan así para eso capás tengamos que subir a El Aconcagua. Toda esa gente está ahí porque llegaron el auto, camioneta o lo que sea, hay un camino por los Linderos, que sube por el filo sur de la montaña hasta un determinado punto donde el resto se hace caminando en unos 40 minutos, así que se van a encontrar con gente de todas las edades.



       Después que eso, en el centro hay una especie de laguna que justamente le da el nombre al cerro ,en idioma indígena, comechingón, Agua en la cabeza o Agua en la cumbre y monolitos, bustos, placas y todo tipo de recordatorios, también rayados por todos lados como pasa con las paredes de la cueva. Todo al rededor de la cumbre hay una meseta a un nivel inferior con bastante pasto y lugar para recorrer. Los más aburridos se encargan de juntar una buena cantidad de piedras y escribir sus nombres para que se vean de arriba, prefiero eso antes de que rayen las cosas. La vista es genial a los 360°, para el norte y sur se ve como sigue el cordón montañoso, al este está todo Córdoba, el camino que hicimos para llegar, algunos refugios, lo pinares, los lagos de Embalse, Río III y algún otro que no recuerdo. Media vuelta para el oeste, San Luís, se ven algunas ciudades, pero lo que más llama la atención es la pronunciada bajada que tiene el cerro comparada a la ladera este por donde subimos. Del lado de San Luis es impenetrable caídas de 30 o 50 metros con facilidad.
      Antes de comenzar a bajar aprovechamos para mandar algunos mensajes y llamar por teléfono para avisar que seguíamos vivos porque es el primer lugar con señal desde Ojo de Agua.


       
      La bajada la hicimos por el mismo lugar que subimos hasta más o menos la mitad del recorrido, después como ya comenzábamos a ver los techos de los refugios comenzamos a improvisar un poco siempre tratando de mantener rumbo y buscando algunas pircas cada tanto. Encontramos piletas, cascadas y muy buenos lugares para meternos a disfrutar un poco, pero como el sol nos estaba corriendo no nos quedamos mucho tiempo. Eso el algo de deben tener en cuenta a la hora de la vuelta, recuerden cuanto tiempo les llevo subir, bajar va a ser más rápido pero es más fácil perderse porque el camino se ve diferente y la memoria aveces juega una mala pasada. Es recomendable siempre tener algún punto de referencia en lo alto que se pueda ver fácilmente. Nosotros seguíamos los techos de los refugios que se veían bien por el reflejo del sol.
      Después de caminar unas 3 horas llegamos a los techos que veíamos de arriba y nosotros creíamos que eran nuestros refugios, pero linda sorpresa nos pegamos cuando llegamos y vimos que eran otros refugios y no los nuestros. Encontramos a cuatro chicos junto al río que nos dijeron que era el refugio El Escalante, por lo que rápidamente deducimos que lo que veíamos de arriba y veníamos siguiendo no era el refugio en donde habíamos dejado la carpa. Por suerte habíamos navegado un poco por el Google Map para ver los refugios y teníamos una idea de donde estaban ubicados los distintos refugios. Haciendo un poco de memoria sabíamos que nuestra carpa estaba más al norte a 1,5 Km aproximadamente, así que nuestra llegada se retardo un poco más. De paso conocimos la Escuela Ameghino, que está a pocos pasos del Refugio El Escalante.
      Finalmente a las 18:00 Hs llegamos de nuevo a nuestra carpa a comer unas ricas tortas fritas que le habíamos pedido a Héctor Gonzales y la verdad fueron una de las mejores cosas que comimos, después de bajar y subir el Champaqui con dos paquetes de galletitas de agua un pate y un picadillo. Habíamos llevado comida extra pero no se dio la oportunidad de sentarnos a comer.

      <<Día 2                                                Vuelta >>

      Día 2 en El Champaquí '10

      Como esperábamos el día amaneció celeste sin ninguna nube a la vista. Después de pasar dos horas ordenando y volviendo a meter todo de nuevo en la mochila salimos para llegar definitivamente hasta la base del cerro Champaqui.


      Hasta este punto el camino esta más que marcado, es imposible perderse, creo que hasta con neblina se puede llegar muy tranquilo al puesto Ojo de Agua, pero de ahora en más es cuando la idea de contratar un guía empieza a cruzarte por la cabeza, con todas las advertencias que dicen por todos lados, también un poco es su negocio, pero siempre está la posibilidad de perderse.
      Tranquilos y constantes seguimos subiendo, la primera media hora de camino ya lo conocíamos porque lo habíamos hecho el día anterior con neblina una vez para subir y otra vez para bajar, así que ya era la tercera vez que pasábamos por ahí. El primer tramo es todo en subida, no muy empinada como al principio en los pinares pero la pendiente se siente. En cuanto al agua, no se preocupen porque se cruzan vertientes y algún que otro arroyo continuamente, con que lleven algún recipiente para ir tomando un poco en el camino alcanza y pueden ir cambiando el agua para que esté más fresca.
      Hasta el puesto de Moisés López, el camino está bastante bien marcado, de a tramos se pasa por piedras con rayas blancas que están caladas por el paso de las mulas que van haciendo surcos en la piedra con forma de escalera. El puesto de Moisés Lopéz es como un oasis dentro de todas esas piedras sin una sola sombra para sentarse a caminar. Es un buen lugar para sentarse un rato a descansar, tiene sombra, pasto y un buen arroyo que lo cruza. Para seguir camino hay que cruzar la tranque con cuidado porque tiene animales adentro y no queremos que quede abierta. Una vez adentro hay que seguir derecho, es una subida algo empinada, pasando por el lado izquierdo de la casa. Una vez arriba van a poder ver por donde sigue el camino, que baja y vuelve a subir. Además se tiene como referencia al Cerro Champaqui que siempre está al frente y se lo puede ver desde cualquier punta.



      En este tramo empieza a cambiar un poco el terreno y deja de haber tierra y prácticamente pasan a caminar sobre piedras hasta cansarse y que sus tobillos pidan un descanso a gritos. Ahora el camino  va a estar marcado sobre la piedra, se van a dar cuenta que hay un hilo más claro en la piedra que es por donde tienen que ir, además de las pircas que se ven a cada rato. Más adelante nos cruzamos con cuatro postes que parecían ser una tranquera, pero la puerta en si y el alambrado no existían, el camino se divide a la derecha o a la izquierda. Nosotros tomamos el de la derecha porque era por el que se veía el camino sobre la piedra que subía. Una vez que llegamos arriba, se disipó un poco la marca y no estábamos muy seguros por donde seguir. Justo vimos que en la parte de abajo pasaba una persona que parecía estar volviendo, le pegamos un grito y nos indico la dirección por la que seguía el camino que al parecer era mejor para el otro lado, tendríamos que haber doblado a la izquierda en el cuatro postes. Eso es algo que pasa mucho, los caminos se dividen y se juntan continuamente, la mayoría termina en el mismo lugar.


      Este último tramo se hace algo pesado, ya no hay tantos arroyos que cruzar y el sol reflejando en la piedra cansa mucho la vista, unos anteojos de sol no vendrían nada mal, al igual que bastante protector solar, porque el sol estaba muy fuerte. Un kilómetro y medio antes de llegar al puesto de Héctor Gonzales se terminan las piedras y se puede ver bien el caminito marcado entre los pastos y una hilera de piedras a los costados pintadas de blanco, con alguna que otra flecha roja o blanca pintadas en las flechas. Así casi sin darnos cuenta después de girar por una gran piedra llegamos al puesto de Héctor González.

      Después de saludarlo, nos fuimos para abajo. Al frente de la entrada a la casa, o a la derecha por el camino que llegamos hay una bajada para un lugarcito con tres arboles y un poco de pasto bastante bueno para dejar la carpa. Armamos todo y nos tiramos hay a descansar porque los pies no nos daban más y veníamos bastante cargados de comida. Una vez que descansamos un poco, Josecito se fue a ver si encontraba señal para el celular y más que señal encontró un lugar muy bueno para pasar la tarde. Siguiendo para el norte, por el camino que bajamos hasta el lugar donde dejamos la carpa a unos 50 metros hay un arroyo o un río chiquito con una pileta para poder meternos un rato entre las truchas que nadaban al rededor nuestro. El agua no era tan fría y a eso de las 5 de la tarde la piedra alta que había al frente hacía sombra para no seguir insolandonos después de todo el día bajo el sol.




      Una vez de noche y bien comidos otra vez adentro de la carpa a descansar para mañana, si es que el viento nos deja. A pesar de estar metido entre dos montañas en una especie de valle donde creíamos que íbamos a estar reparados del viento, a la noche se levanto un viento increíble que arremolinaba para todos lados y como siempre había alguna que otra toalla y par de medias sobre la carpa secándose que fueron a terminar a cualquier lado.
      Para que se den una idea del camino, nosotros fuimos tomando algunas referencias, desde Ojo de Agua:




    • 8:00hs Salimos.




    • A los 20 minutos pasamos una primera tranquera.



    • 30 minutos otra tranquera.



    • A la hora y cuarenta minutos llegamos al segundo puesto, Moisés López.



    • Después de caminar 3 horas nos cruzamos con los cuatro postes.



    • A los 30 minutos llegamos al puesto Cufre.



    • Una hora y media después pasamos otra tranquera.



    • Finalmente a las 14:00hs llegamos al refugio Héctor González.







    • <<Día 1                                                    Cumbre>>

      Día 1 en Champaqui '10

      Partimos temprano, Josecito con su reloj interno nos despierta como a las 7 de la mañana y se convierte en la pesadilla del Verdu. Preparando todo, desarmando la carpa y un intento de desayuno de por medio para empezar bien el día nos pusimos a hablar un poco con unos chicos que estaban al lado nuestro y habían bajado el día anterior así que nos dieron algunos consejos. Como para rematar el comienzo del viaje, intentamos prender el calentador para poder desayunar, resulta que uno de los orings de la bomba de presión comenzó a fallar y la bencina se dedico a desparramarse por todos lados.  Pidiendo un poco de ayuda conseguimos unos muchachos que estaban con una trafic un poco de cinta de teflón con la esperanza de que sea lo único que nos podía salvar, hicimos funcionar nuevamente el calentador, de ahí aprendimos una lección más, hay que probar todo antes de salir, más allá de todo lo que te confíes.
      Mientras nos entreteníamos un poco con todo esto a eso de las 9:00 hs se cerro el cielo y comenzó la no deseada lluvia que era más que una llovizna. Pero el problema no estaba en mojarse, si no en la neblina cuando empecemos a subir. Finalmente a la media hora logramos emprender viaje con destino a la base del Champaquí.

      Lo primero que se cruza es un bosque de pinos con una pendiente bastante empinada (no se asusten que hay peores), no toma mucho cruzarlo, son como unos 2km y en cuanto salimos del pinar pudimos comenzar a apreciar la vista hacia abajo para donde se ven las ciudades de Córdoba, pero no por mucho tiempo. Subiendo un poco más a unos pocos minutos está el primer puesto, Ojo de Agua, que llegamos como a las 11:00hs.


      La llovizna persistía y a las nubes las veíamos cada vez más cerca. Siempre recordando lo que nos habían dicho sobre la neblina, como todavía era temprano y nos sentíamos seguros con la carpa y la comida decidimos seguir un poco más el camino para ver que nos esperaba adelante.
      Una hora y media después de pasar por el Puesto Ojo de Agua, decidimos volver, la visibilidad no llegaba a los 5 metros y veíamos como los truenos nos sonaban sobre nuestras cabezas y muy cerca. Sin el apoyo del Verdu que quería seguir, retornamos para el puesto, que era el lugar más seguro que habíamos visto para quedarnos. Un dato importante, en este punto es el último lugar que pueden llegar a tener señal para el celular por si quieren mandar un mensaje o avisar que están bien.


      Sin mucho más que hacer, mojados y con ganas de llorar, armamos la carpa, sacamos las bolsas y nos tiramos adentro un rato a ver que era lo que pasaba. No paraba de llover así que no nos quedó otra que cocinar algo adentro de la carpa, salio un arroz bastante bueno. Mientras intentábamos disfrutar un poco de la situación escuchamos que unas voces se acercaban discutiendo un poco. Salimos a ver quienes eran y nos encontramos con tres chicos que habíamos visto en Villa General Belgrano y en Villa alpina, ellos habían salido más temprano que nosotros, pero con la neblina se perdieron y sin darse cuenta en algún momento tomaron el camino incorrecto y volvieron al puesto Ojo de Agua, habían caminado en círculos. Sin entender mucho como les pudo haber pasado eso nos quedamos un rato charlando hasta que ellos decidieron salir de nuevo porque no llevaban calentador ni mucha comida, dependían de llegar a comer al próximo refugio y además ya habían contratado un remís que los iba a ir a buscar en dos día y no se podían retrasar porque si no no iban a llegar.
      En algún momento tenía que para de llover y así fue, salimos a dar unas vueltas por el lugar. Las nubes se estaban disipando un poco y según un baquiano se iba a componer pronto. Mientras tanto en vista para la noche juntamos algunos palos mojados para intentar prender fuego.

       
      Al rato volvió la lluvia sin previo aviso, caían gotas grandes y pesadas de un momento a otro. Corrimos y juntamos lo más rápido posible todo lo que teníamos dando vueltas y secando al viento para saltar de nuevo adentro de la carpa. No duró mucho, pasamos una hora adentro y paró de nuevo. En el apuro de meternos adentro de la carpa tiramos todos los palos abajo de una piedra en donde estábamos intentando prender fuego, sin muchas esperanzar hacíamos un poco de humo. Cuando volvimos a salir de la carpa lo primero que notamos fue una llama saliendo por un costado de la piedra, no era un incendio forestal. Al parecer todos los intentos de prender fuego que habíamos hecho y la pastilla que metimos habían servido para secar un poco el suelo que estaba húmedo por la lluvia y cuando tiramos todos los palos encima pasó lo mismo con los palos, ya que se había hecho como una especie de hornito y ayudaba a mantener el calor.
      Un golpe de suerte de nuestro lado, la pansa llena y a dormir que nos esperaba un largo día.



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