Con las lluvias en el cielo nos fuimos a dormir, esperando que descarguen
de noche y nos den un buen día para partir. Nos toco noche de lluvia,
despertando cada tanto para revisar la carpa y ver si seguíamos secos.
Teníamos que salir temprano, un día largo nos esperaba y si era con
lluvia parques no deja comenzar la senda. No teníamos muchas
posibilidades había que salir o salir. Para ganar un poco de tiempo, la
noche anterior nos habíamos registrado con Javi, para poder salir a la
travesía. Apenas nos levantamos había mas neblina que en las historias
de Sherlock Holmes, la única posibilidad que nos quedaba era esperar a
que caliente el sol y disipe un poco las nubes bajas. Empezamos a
levantar muy tranquilos mirando el cielo cada tanto a ver que sucedía.


Para las 9am, el cielo estaba bastante despejado y ahora podíamos ver
las montañas que nos rodeaban. El lago estaba bien planchado y no
necesitábamos mas escusas para salir. Una hora mas tarde de lo que
teníamos encaramos para el lago, al fondo de la playa contra la montaña
donde comienza la senda. El camino se sumerge en un bosque con la
vegetación muy avanzada, al punto que no llegas a ver el suelo y como
dato no menor, la noche anterior había llovido bastante, por lo que el
barro abundaba, pero lo peor no era eso sino que todas las plantas
estaban muy mojadas por lo que era casi como caminar bajo la lluvia.
Bien mojados empezábamos esta aventura.
El cartel con información de la travesía es de lo mejorsito que vimos,
mirando un poco el perfil de la senda, sabíamos que el camino tenia que
comenzar a ganar un poco de altura en cualquier momento. Saliendo de los
1000 msnm, la primer cota que teníamos que alcanzar rondaba los 1200
msnm, para luego volver a descender hasta los 1000 msnm.
Una vez que comienza a bajar, el bosque empieza a desaparecer
paulatinamente hasta que de repente casi sin darte cuenta entras en un
valle rodeado por arena volcánica con el imponente volcán Achen Niyeu a la
derecha. Caminar al lado del volcán es un momento único en la travesía,
parece una escena sacada de película, son de esos paisajes que no
alcanza una cámara para captar toda la magnitud de la naturaleza. Se
sigue ascendiendo hasta llegar a los 1600 msnm, desde este punto todo es
para abajo hasta el refugio. Presten atención, porque se pueden cruzar
con un jabalí.
Saliendo del pie del volcán la vegetación comienza a ganar terreno
nuevamente, aprovechamos el próximo cruce del río para parar a comer
algo y ver como nos seguían las nubes. Hasta ahora el clima nos venia
acompañando, cuando pasamos por el valle, algunas nubes tapaban el sol,
de no ser así, se podría convertir en un desierto infernal.
Mientras comíamos unas deliciosas galletas de agua con pate, se venían
unas nubes nada amigables que nos pisaban los talones. No solo eso, si
no que entra en escena un personaje nuevo, el loco. El loco iba
caminando de un lago a otro perdiendo el rumbo cada tanto y nos
acompañaría el resto del viaje.
Ni bien terminamos de comer, después de que el cielo tronara muy cerca
nuestro apareció el condimento que no podía faltar en todo viaje,
granizo. Tal cual, comenzó a granizar, no llovía, eran pequeñas esferas
blancas. Rápidamente comenzó a cubrirse todo el suelo, decidimos esperar
un poco para asegurarnos que las bolitas no se transformen en
meteoritos y a seguir camino. Después del granizo siguió el agua, no fue
una tormenta tropical, pero alcanzo para pasarnos por agua.
En medio de la lluvia llegamos al primer vado. Frente a nosotros un dio
de unos 10 metros de ancho y ni un tronco por donde pasar, no era
profundo ni tenia mucha corriente, pero estaba fría el agua y ya no
queríamos mas agua.
Nos desviamos para tratar de no cruzar el río o cruzarlo por otro lado,
pero no había caso, el camino se cerraba y la carta era clarisima, había
que pasar al otro lado. Es fácil encontrar la ubicación en el mapa,
porque si siguen el camino, cuando se topen con el río y miran a su
derecha van a notar como se juntan dos cursos de ríos a pocos metros de
donde están parados y el mapa lo marca tal cual. Ya estábamos bastante
mojados, algunos con mas agua en los pies que otros y no valía la pena
perder el tiempo sacando zapatillas, botas y medias, a cruzar con todo
se ha dicho. Por un momento creí que ya no podía entrar mas agua en los
pies, pero definitivamente me equivoque algunos lugares secos quedaban.
Por suerte el sol hizo un poco de fuerza para aparecer de a ratos, el
bosque pasaba a ser plantas mas pequeñas y el mantenernos en movimiento
nos ayudaba para secarnos de a poco. Una vez cruzado el río restan unas
dos horas hasta el refugio y con el clima que teníamos no podíamos
pensar en otra cosa.
La senda sigue, bordeando el río, de ratos se lo puede ver, tal vez
hasta bajar a cargar agua, pero la mayoría del tipo lo van a ir
escuchando. El refugio queda a la margen del río que se cruza así que no
queda otra mas que seguirlo. Después de estar varias horas sumergido
entre plantas que no dejar ver mucho mas allá que pocos metros, se abre
un claro y se puede ver el refugio al fondo. Hasta le salía humo de la
chimenea, ya nos estaban esperando con algo caliente, por lo menos para
secar los pies.
El loco nos había pasado así que era de esperar que ya este en el
refugio. Además de él, nos encontramos con Marianita y Lucas, que venían
en sentido contrario con la misma suerte que el resto, pasados por
agua.
El refugio Rincón de los Pinos, tiene capacidad para tres personas,
siempre entra alguno mas, pero esta pensado para tres. No es muy grande
por lo que se mantiene bastante limpio y cuidado con una salamandra al
centro.
Llegamos y estaban todos los tickets sacados, no quedaba otra mas que
armar las carpas antes que comience a llover de vuelta. La salamandra
del refugio estaba bastante buena, Lucas se encargaba de mantenerla
prendida y tiramos todas las botas alrededor con alguna esperanza de que
estén secas al otro día.
Entre charlas y mates, preguntas de como va el camino, un poco mas secos
que antes no quedo otra que comer algo y al sobre a ver como amanece al
otro día.