Hipotermia
Hipotermia en griego significa debajo del calor. Básicamente se refiere al estado en el que el cuerpo genera menos cantidad del calor del que está perdiendo y la temperatura corporal desciende por debajo de los 35°C. Pero no solo te tiene en cuenta a que temperatura se encuentra el cuerpo si no también que tan rápido es el cambio. La temperatura normal del cuerpo humano oscila aproximadamente entre los 36 y 36,9°C. Una variación abrupta de 2°C, como puede ser al caer en aguas a bajas temperaturas, provoca dificultades para hablar y hasta pérdida del conocimiento. El cambio de temperatura también se puede ver afectado por el viento, cansancio o mala alimentación y depende mucho del metabolismo de cada persona a lo que se lo suele llamar sensación térmica.
Al estar expuesto a bajas temperaturas sucede que el cuerpo automáticamente reduce la circulación en las extremidades priorizando los órganos vitales, como el cerebro, pulmones y corazón. Por eso es que cuando tenemos frío las primeras sensaciones son las manos y pies congelados.
Hablando un poco en números, cuando el cuerpo ronda los 34°C se dice que es una hipotermia leve y provoca temblores, confusión y dificultad en los movimientos, pudiéndose revertir fácilmente.
Al pasar a 32°C se denomina moderada, aumentan los temblores, dificultad en los movimientos y se le suman estados de leves de inconsciencia y pérdida de memoria.
Una vez llegado a los 30°C el estado ya es grave y los latidos cardíacos pasan a ser muy débiles.
La aparición de los distintos síntomas se pueden analizar por etapas:
En un primer estado cuando la temperatura del cuerpo desciende en 1-2 ° C por debajo de la temperatura normal. Se producen escalofríos que pueden ir de leves a fuertes. Se dificulta la realización de tareas complejas con las manos porque se entumecen. Los vasos sanguíneos en las extremidades se contraen, disminuyendo la pérdida de calor hacia el exterior por vía aérea. La respiración se vuelve rápida y superficial. Aparece la piel de gallina y se eriza el vello corporal, en un intento de crear una capa aislante de aire en todo el cuerpo. Puede suceder que se comience a experimentar una sensación cálida, como si se hubiese recuperado, pero es en realidad es el comienzo del segundo estado.
Una buena prueba práctica para saber si se está en esta situación es intentar tocar el pulgar con el dedo meñique, como primer síntoma de que los músculos comienzan a fallar.
En la segunda etapa, la temperatura del cuerpo desciende en 2-4 ° C. Los escalofríos se vuelven más violentos. La falta de coordinación en los músculos se hace evidente. Los movimientos son lentos y costosos, acompañado de un ritmo irregular y leve confusión. La superficie de los vasos sanguíneos se contrae más cuando el cuerpo esfuerza por mantener los órganos vitales calientes. Labios, orejas, dedos de las manos y pies pueden tomar una tonalidad azulada y el cuerpo en general pálido.
Una tercera etapa, la temperatura del cuerpo desciende por debajo de aproximadamente 32 ° C. La presencia de escalofríos por lo general desaparece. Empiezan a ser patente la dificultad para hablar, lentitud de pensamiento e incapacidad de utilizar las manos y piernas. Los procesos metabólicos celulares se bloquean. Por debajo de 30 ° C (86,0 ° F), la piel expuesta se vuelve azul, la coordinación muscular se torna muy pobre, caminar se convierte en algo casi imposible y se muestra un comportamiento incoherente. El pulso y ritmo respiratorio disminuyen de manera significativa, pero pueden aparecer ritmos cardíacos rápidos (taquicardia ventricular, fibrilación auricular). Los órganos principales fallan. Se produce la muerte clínica. Debido a la disminución de la actividad celular en la hipotermia grave, tarda más tiempo del habitual en producirse la muerte cerebral.
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