Recorrido Lago Tromen PN Lanín
Llegamos a Junín de los Andes, algunos mas retrasados que otros, los
colectivos no estaban de nuestro lado. En fin una vez en la localidad
andina, fuimos a comprar las cosas que nos hacían falta y partimos para
un hostel a pasar una noche ($40) tranquila sin demasiado movimiento
para poder salir temprano. La diferencia entre pagar el hostel y un
camping, la verdad que no era algo significante, asi que preferimos no
tener que desarmar las mochilas.
Partimos para la terminal nuevamente, 9.30am salio el colectivo con destino a Tromen ($26). El colectivo consistía en una chica canadiense, una francesa y nosotros, no era muy popular. Después de algo así como hora y media de viaje nos dejo en el puesto de guarda parques, a nuestras espaldas la cara norte del Lanin, a pocos kilómetros del limite con Chile y de frente camino al Lago Tromen.
Antes que nada pasamos por la oficina de guarda parques y comenzaron las noticias poco felices. Los guarda parques estaban de paro, no ofrecían información y para colmo hace algunas semanas habían sufrido un alud que los dejo sin agua, a todo esto no nos dejaban acampar y se nos complicaba un poco el itinerario. Después de charlar un rato logramos que nos dejaran acampar una noche, sin carpa y sin prender fuego, una oportunidad un tanto propensa para empezar a probar el nuevo diseño del tarp. Entonces hicimos primera noche de vivac en tromen como para abrir la temporada de travesías en Parque Nacional Lanin. En su momento consultamos en la Administración de Parques Nacionales (APN) y nada nos dijeron de la situación de este lugar.
Nos quedamos con las ganas de ir a la base norte del Lanin y hacer el mirador, pero ya habíamos sacado mucho provecho la situación y no queríamos seguir tirando de la cuerda, así que nos fuimos a la naciente del Río Malleo. Para llegar hay dos caminos, uno es el principal que te deja en el lago y después podes ir caminando por la playa, o el otro es una sendero que sale a la derecha del camino principal a pocos metros de comenzar a caminar y te deja justo sobre la naciente. Cruzamos a la otra orilla, buscamos una linda playita con sombra y nos dedicamos a mojar los pies disfrutando del nuevo paisaje que teníamos frente a nosotros, la cara norte del Lanin. Hasta llegamos a divisar uno de los refugios.
Día siguiente, decidimos volver temprano para Junín de los Andes, pero los guarda parques largaban la información de a cuenta gotas y nos íbamos enterando que si no hay pasajeros el colectivo de las 11am no pasa, nos quedaba esperar el de las 19hs y sin oportunidad de ir para Puerto Canoa ese mismo día. Teníamos tiempo hasta la tarde, nada mejor que pasar la tarde haciendo dedo.
Vehículos de todos colores pasaban para un lado y para el otro, poca suerte la nuestra, no lográbamos que alguien nos levante. Intentamos con algunos colectivos turísticos que vienen de Chile y pasan por Junín, pero venían súper completos y no teníamos mejor suerte. A pocas horas de resignarnos a tomar el colectivo de las 19hs, un chileno en una camioneta modelo '92, con poco mantenimiento nos ofrece tirarnos hasta Junín por unos pesos, juntamos todo y partimos viaje.
Unos 20km antes de llegar a Junín de los Andes la camioneta comienza a levantar temperatura abruptamente, no quedo otra que tirarnos a la banquina a ver que era lo que estaba pasando. Después de mirar un poco encontramos que una de las mangueras del retorno de agua tenia un tajo de poco mas de un centímetro y estaba perdiendo litros de agua. Pocas herramientas eran las que teníamos así que nos disponíamos a arreglarlo como sea con tal de hacer 20km. Por suerte llego una camioneta que estaba mejor preparada que nosotros y nos dio una buena mano con el arreglo. Parche por aquí, brida por allá arreglamos la manguera que estaba perdiendo y tiramos de cabeza en un taller mecánico en Junín. Nos separamos del Chileno pero lo dejamos en buenas manos.
De vuelta en Junín, ya no llegábamos a tomarnos el colectivo para ir al Lago Huechulafquen, así que nos dispusimos a buscar algún camping, descansar y ponernos en condiciones con las provisiones que nos faltaban, ya que se vienen días largos.
La segunda vuelta en Junín de los Andes decidimos pasarla en La Isla, un camping que queda en una especie de isla, al final de la ciudad.
Partimos para la terminal nuevamente, 9.30am salio el colectivo con destino a Tromen ($26). El colectivo consistía en una chica canadiense, una francesa y nosotros, no era muy popular. Después de algo así como hora y media de viaje nos dejo en el puesto de guarda parques, a nuestras espaldas la cara norte del Lanin, a pocos kilómetros del limite con Chile y de frente camino al Lago Tromen.
Antes que nada pasamos por la oficina de guarda parques y comenzaron las noticias poco felices. Los guarda parques estaban de paro, no ofrecían información y para colmo hace algunas semanas habían sufrido un alud que los dejo sin agua, a todo esto no nos dejaban acampar y se nos complicaba un poco el itinerario. Después de charlar un rato logramos que nos dejaran acampar una noche, sin carpa y sin prender fuego, una oportunidad un tanto propensa para empezar a probar el nuevo diseño del tarp. Entonces hicimos primera noche de vivac en tromen como para abrir la temporada de travesías en Parque Nacional Lanin. En su momento consultamos en la Administración de Parques Nacionales (APN) y nada nos dijeron de la situación de este lugar.
Nos quedamos con las ganas de ir a la base norte del Lanin y hacer el mirador, pero ya habíamos sacado mucho provecho la situación y no queríamos seguir tirando de la cuerda, así que nos fuimos a la naciente del Río Malleo. Para llegar hay dos caminos, uno es el principal que te deja en el lago y después podes ir caminando por la playa, o el otro es una sendero que sale a la derecha del camino principal a pocos metros de comenzar a caminar y te deja justo sobre la naciente. Cruzamos a la otra orilla, buscamos una linda playita con sombra y nos dedicamos a mojar los pies disfrutando del nuevo paisaje que teníamos frente a nosotros, la cara norte del Lanin. Hasta llegamos a divisar uno de los refugios.
Día siguiente, decidimos volver temprano para Junín de los Andes, pero los guarda parques largaban la información de a cuenta gotas y nos íbamos enterando que si no hay pasajeros el colectivo de las 11am no pasa, nos quedaba esperar el de las 19hs y sin oportunidad de ir para Puerto Canoa ese mismo día. Teníamos tiempo hasta la tarde, nada mejor que pasar la tarde haciendo dedo.
Vehículos de todos colores pasaban para un lado y para el otro, poca suerte la nuestra, no lográbamos que alguien nos levante. Intentamos con algunos colectivos turísticos que vienen de Chile y pasan por Junín, pero venían súper completos y no teníamos mejor suerte. A pocas horas de resignarnos a tomar el colectivo de las 19hs, un chileno en una camioneta modelo '92, con poco mantenimiento nos ofrece tirarnos hasta Junín por unos pesos, juntamos todo y partimos viaje.
Unos 20km antes de llegar a Junín de los Andes la camioneta comienza a levantar temperatura abruptamente, no quedo otra que tirarnos a la banquina a ver que era lo que estaba pasando. Después de mirar un poco encontramos que una de las mangueras del retorno de agua tenia un tajo de poco mas de un centímetro y estaba perdiendo litros de agua. Pocas herramientas eran las que teníamos así que nos disponíamos a arreglarlo como sea con tal de hacer 20km. Por suerte llego una camioneta que estaba mejor preparada que nosotros y nos dio una buena mano con el arreglo. Parche por aquí, brida por allá arreglamos la manguera que estaba perdiendo y tiramos de cabeza en un taller mecánico en Junín. Nos separamos del Chileno pero lo dejamos en buenas manos.
De vuelta en Junín, ya no llegábamos a tomarnos el colectivo para ir al Lago Huechulafquen, así que nos dispusimos a buscar algún camping, descansar y ponernos en condiciones con las provisiones que nos faltaban, ya que se vienen días largos.
La segunda vuelta en Junín de los Andes decidimos pasarla en La Isla, un camping que queda en una especie de isla, al final de la ciudad.
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