Quemaduras solares
A pesar de la seducción que ejerce el sol, alguna vez ya hablamos de las cosas que te puede causar el sol cuando estás distraído. La exposición prolongada produce serias quemaduras de la piel. Los rayos UV del sol son responsables de estas quemaduras. Es necesario protegerse con cremas que los absorban.
Los efectos biológicos que el sol sobre puede causar sobre la piel son varios. En primer lugar, el calor y el enrojecimiento son las manifestaciones calóricas debidas a la acción de los infrarrojos sobre la piel. Una pigmentación aparecerá muy rápidamente, pero durará sólo algunas horas. Las reacciones tardías a la insolación, se clasifican según el tipo de quemadura.
El primer grado: En algunas horas la piel se pone rosada pálida; vuelve a la normalidad en dos o tres días sin pelarse.
El segundo grado: La piel toma rápidamente un color vivo, rojo violáceo. En 72 horas, se pela dejando un ligero bronceado.
El tercer grado. Al color rojo violáceo se suma una tumefacción del rostro, los párpados frecuentemente se hinchan. Después de pelarse, la piel conserva un bronceado duradero.
El cuarto grado. Aparecen ampollas. Es una quemadura de segundo grado que si es extensa, es acompañada de temblores, fiebre y náuseas. La piel se resquebraja dejando cicatrices.
Si la piel es expuesta regularmente al sol, se crea una barrera de protección. Es la aparición progresiva del bronceado, debido a la pigmentación de la piel por una sustancia llamada melanina que tiene la propiedad física de interponerse a la penetración de los ultravioletas. El ensanchamiento de la piel es una protección suplementaria que se produce simultaneamente.
Los efectos a largo plazo, son consecuencia de exposiciones frecuentes y prolongadas. Bajo la acción del sol la piel envejece prematuramente a causa de la alteración de las fibras elásticas de la dermis. Marinos, agricultores, guías de montaña... son los más expuestos profesionalmente. La piel afinada, arrugada, seca, salpicada de manchas de pigmentación da al rostro el clásico aspecto “apergaminado”.
El cáncer de la piel es la consecuencia más grave de las sobre exposiciones solares.
Los pelos los protegen del sol, para los hombres, la piel constituye la única barrera contra la penetración de la radiación. El ensanchamiento de la capa córnea y la pigmentación melánica absorben los rayos y disipan su energía.
Las productos de protección solar. Son de dos tipos:
- Los solares destinados a permitir el bronceado atenuando el “golpe de sol” indispensable para el bronceado.
- Los productos antisolares aseguran una protección total deteniendo todos los rayos ultravioletas y visibles; los llamamos “pantalla total”. Tienen un índice de protección máximo.
Arriba de los 3000 metros es recomendable que las personas sensibles protejan las partes más expuestas (la frente y la nariz) con una pantalla total.
Puede ocurrir que después de una exposición prolongada al sol con una protección insuficiente, seamos alcanzados por quemaduras solares. La piel se pone rojo carmín, se cumbre de ampollas. Generalmente el enfermo tiene fiebre y temblores. El tratamiento es el de todas las quemaduras superficiales: analgésicos contra el dolor, la fiebre y la inflamación. Recubrir la piel con crema suavizante y antiséptica.
Las personas extremadamente sensibles al sol, los colorados y rubios de piel fina, deberán cuidarse más.
Extraído de “Medicine et Sports de Montagne”, autor: Dr. Jean Louis Etienne
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